Estado e identidad


La identidad es la forma en que el individuo es, se conoce y reconoce a sí mismo en relación con otras personas, con rasgos únicos e irrepetibles que lo hacen ser uno sólo en su entorno social. Dentro de los individuos, podrá haber identidades con similitudes específicas, sin embargo, cada persona tiene una identidad única.

La formación de identidad se inicia desde el seno familiar, sin embargo, es en la escuela donde toma más fuerza ya que es el lugar en el que el individuo  interactúa con diferentes tipos de personas y elementos que contribuyen con diversas aportaciones que sirven para ir construyendo la identidad de cada persona.


Dentro de la construcción de identidad el proceso educativo implica enseñanza y socialización, la enseñanza se basa en modelos pedagógicos para desarrollar habilidades cognitivas y adquirir conocimientos, por otra parte, en la socialización, el individuo además de constituirse internamente participa en diferentes formas de convivencia que le proporcionan herramientas para adquirir destrezas, habilidades, actitudes y sentimientos que le permitirán tomar decisiones, negociar sus deferencias, y ser participativo en los devenires de la vida diaria para cohabitar y convivir sanamente en un espacio cotidiano.

Por lo anterior mencionado, se considera al proceso educativo como un pilar de suma importancia para la construcción de identidad, entonces, dicho proceso debe ser tomado en cuenta para institucionalizarlo desde el Estado.

Institucionalizar el proceso educativo como constructor de identidad (desde el Estado),  implica que la escuela no sea sólo un lugar de desarrollo cognitivo, enseñanza del aspecto académico y de socialización, sino que sea también el espacio donde a través de estructuras metodológicas y programas de estudio los alumnos aprendan desde temprana edad cómo ser ciudadanos responsables con todo lo que implica su entorno y cómo conducirse ética y moralmente.

Si bien esto se va aprendiendo con los años y en el contexto social que cada individuo se desenvuelve, el Estado puede y/o debe considerar que si la construcción de identidad es enseñada desde la primera infancia y regida bajo un sistema, traerá grandes beneficios al desarrollo social.


Como se mencionó con anterioridad, gran parte de la identidad del individuo se constituye en la escuela, pero ésta constitución de identidad depende de cómo él socializa y se desenvuelve dentro de este contexto, por lo tanto, no existe un parámetro indicador de que todos los individuos serán ciudadanos responsables y con valores éticos y morales.

En el entendido de que la identidad es única e inigualable en todos y cada uno de los individuos, se puede considerar institucionalizarla desde el Estado pero no en el sentido de que todos los individuos sean iguales porque eso sería absurdo, pero sí con un enfoque a que todos tengan las mismas bases de cultura de sociedad, de integridad, de respeto, de conocimiento de sus derechos y obligaciones, de equidad e inclusión y sobre todo de responsabilidad y compromiso con ellos mismos y con los demás.



Referencia consultada:

Echavarría, C. (2003). La escuela un escenario de formación y socialización para la construcción de identidad moral. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales. 1 (2), 15-43. Retomado el 11 de abril, 2019 de: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=1692-715x2003000200006&Ing=en&tlng=es.